El Camino
"...No hay un lugar concreto al que estoy yendo, estoy disfrutando del camino..."
No, no se trata del viaje de un personaje western hacía su redención cuyo recorrido parte de una pérdida, va en busca de un escape y vuelve convertido en otra persona, tampoco se trata de una mirada filosófica donde los surcos, baches y lo cuesta arriba que nos pueda parecer la vida aparecen de forma simbólica, no. Nada de eso.
"Les vengo a hablar de Dios", ¡No! pero si de algo parecido, el ego.
Sí, la superación del egoísmo para comprender y poder disfrutar del camino y que cada instante de la vida sea el factor motriz del desarrollo de los pueblos. Ese vendaje que nos tapa los ojos y nos priva de la empatía, de la facultad de amar y nos hace vivir en plena competencia directa con el entorno. Sí, eso hace el ego.
La elección de la comunidad organizada por sobre el yo individualista, a realizarse en común.
Partimos con una formación forjada en el individualismo donde el héroe colectivo solo aparece en un par de películas de Marvel, de un "sálvese quien pueda" dizfrazada de meritocracia que van formando el ego en base a logros y metas banales impidiendo poder disfrutar de logros ajenos, ni hablar si al par, colega, compañero le va bien. Todo eso es el ego que se debe dejar de lado para progresar y empezar a disfrutar más del entorno.
Es increíble como un mínimo cambio de mirada ante esta situación transforma, incluso, hasta el humor del día por algo tan simple como dejar de darle una connotación negativa a las situaciones del entorno. Alegrate del progreso de tu alrededor; si el otro es feliz con algo que no nos causa ni gracia o nos parece algo menor, disfruta de su alegría; si el vecino refacciona la casa o se compra un auto nuevo, hay que alegrarse por él, y así en todos los niveles.
...y todo se equilibra en este camino.
Nadie se realiza en una comunidad que no se realiza.
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